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Esta es una situación con la que nos hemos encontrados todos alguna vez en casa. Vamos a hacernos unas tostadas, o un sandwich, y cuando vamos a coger el pan… ¡sorpresa! Descubrimos esas pequeñas y desagradables manchitas grisáceas o azuladas en una esquina de la rebanada. ¡El pan se nos ha puesto mohoso!
Con el pan fresco es más difícil que ocurra, pero con el pan de molde es más frecuente. Y todos sin excepción hemos tenido la tentación de coger el cuchillo, cortar la parte mohosa del pan, y hacernos la tostada con la parte limpia. Pero… ¿esto es seguro? ¿Puedo comerme la parte limpia de una rebanada de pan con moho? ¿Puedo tostar el pan mohoso y así elimino el hongo? Vamos a responder a estas y algunas otras preguntas en el artículo de hoy.
Comenzamos por aclarar lo más importante, ya que es lo que todo el mundo tenemos el impulso de hacer al principio:
¿Se puede tostar el pan con moho?
Existe la creencia de que tostar el pan mata el moho. Desafortunadamente, no es cierto. Las altas temperaturas no acaban con el hongo, ni tampoco con las esporas (que es la parte del moho que no vemos).

Y es que sí, se puede tostar cualquier tipo de pan… pero con ciertas limitaciones lógicas.
¿Es seguro comer pan mohoso?
No, obviamente no es seguro comer pan con moho ni deberías comer nada mohoso, nunca, jamás.
¿Y si me como la parte limpia del pan mohoso?
Tampoco. Esta es la solución que primero se nos viene a la cabeza, pero la realidad es que tampoco se debería comer la parte limpia del pan mohoso. No basta con cortar la parte con moho y usar el resto, y la explicación es muy sencilla:
Normalmente, lo que llamamos moho en realidad no es más que la parte más visible del hongo, que ya se ha desarrollado y que por tanto adquiere ese fatídico color entre azul, verde y gris. Se llama esporangio, y viene ser cómo el órgano reproductivo del horno, el responsable de que ese organismo crezca.
Sin embargo, cada uno de estos esporangios libera miles de esporas y genera minúsculas raíces que no son detectables a simple vista, y que sencillamente te podrías estar comiendo si decides hacerte una tostada con la parte «limpia» (ojo a las comillas) del pan. En realidad, toda la rebanada podría estar llena del hongo, aunque tú solo veas el esporangio que es el que tiene el color azulado. ¡Realmente asqueroso!
En conclusión: no tiene sentido jugársela. Si ves una rebanada o un trozo de pan con moho: tíralo a la basura. Y aprende la lección para la próxima vez.
De hecho, lo más seguro probablemente sea tirar la bolsa entera, ya que las esporas pueden haber pasado fácilmente de una rebanada a otra.
¿Qué sucede si comes tostadas con moho?
No hay un solo tipo de moho: hay varios y no todos son iguales. Algunos son inofensivos, otros son peligrosos, otros pueden provocar problemas respiratorios de carácter moderado, y otros simplemente provocan náuseas y daños estomacales de carácter leve.
A fin de cuentas, aunque no lo sepamos los humanos estamos ingiriendo moho (del inofensivo, claro) todo el tiempo: en el queso, en la salsa de soja, en algunos antibióticos… el problema es que cuando un hongo brota en un alimento, no puedes saber de qué tipo es. Incluso no sabes si puedes ser alérgico a él. Por eso decimos que no tiene sentido arriesgarse.
Si por error comes pan o tostadas con moho (lo típico que descubres que otras rebanadas están contaminadas cuando ya te has comido varias), lo más probable es que acabes teniendo que ir al retrete con frecuencia durante algunos días. Pero el riesgo latente siempre estará ahí.
En resumen: no comas nunca pan con moho, no cortes nunca la parte mohosa y utilices el resto (porque puede estar igualmente contaminada) y si es posible desecha incluso el paquete o la bolsa completa.